sábado, 5 de enero de 2008

Post-navideño reflexivo

Si, bien post, ya se. Pero estos días, como siempre, están llenos de reunas, compras, preparativos, nuevas reunas. Así que haré, no se si una crónica, pero un recuento de lo que fue esta Navidad.

Para empezar, ahora más que nunca la gente creo que se pasó con las luces en sus casas. Digo yo, no es preferible no hacer gastos inútiles en comprar todos esos focos, gastar en luz, gastar la dignidad, gastar el buen gusto...para poner todas esas porquerías? Está bien, hay casos en los que se ve bien, pero la verdad es que en la mayoría de casos, la exageración y el mal gusto es lo que predomina.

Bueno, dejando de lado el tema de las luces, quería comentar otra cosa. Hace unos días leí un artículo de Giacosa, en el que decía que era bien incoherente ayudar durante los días de Navidad y olvidarse de los problemas, de la gente y del mundo fuera de la burbuja de uno el resto del año. O sea, la idea que planteaba es que, esa gente que se va haciendo chocolatadas por los pueblos jóvenes, las hace para lavarse la conciencia, quedar bien consigo mismo y con la familia, qué se yo; y así sentirse bien por el resto del año. Hasta la Navidad que viene.

Ok, creo que tiene razón en muchas cosas. Pero es preferible que esta gente no haga nada, ni siquiera durante Navidad, para que la conciencia les escueza durante el año, para que les moleste y en alguna manera puedan pensar en el resto? Yo creo que hagan o dejen de hacer cosas en Navidad, creo que si alguien no tiene escrúpulos para hacer algo, va a seguir sin tenerlos, a pesar de que se sienta menos mal porque ya "ayudó" en Navidad. Es decir, el efecto que pueda tener la ayuda, para que uno se sienta "bien" consigo mismo, no creo que pase de unos días, no? Y sopbre todo, hacer esto ayuda a ver diferentes realidades, sensibilizarse con el otro, conocer a otras personas (otras en todo el sentido de la palabra), ver nuevas realidades, nuevas calles, nuevas caras.

Aún en el caso de la gente que ayuda, y que está acostumbrada a hacerlo durante el año, veo cierta falta de conexión con la gente (obviamente que en algunos casos). Me refiero a que esta ayuda -hablando de gente comprometida, que tiene algún proyecto durante el año, no solo en Navidad- a veces no llega a sensibilizar del todo como uno creería. A veces esta ayuda se vuelve rutinaria, se pierde la empatía inicial con el otro. Por ejemplo, pongo un caso que vi hace poco tiempo: un grupo de amigos se fue a repartir regalos a un pueblo joven en Villa María del Triunfo, y pese a que tienen tiempo metidos en proyectos sociales, algunos ni siquiera pudieron sacarse los lentes oscuros -de marca, of course-, !cuando no había sol! para hablar con la gente de igual a igual. Es decir, como puedes decirle a alguien que lo estas ayudando cuando no le muestras alguna señal de respeto. Lo digo porque, para mí, una señal de respeto es mirar a la gente a los ojos cuando le hablas. Si no fuera así, mejor pongan a una máquina expendedora de regalos gratis durante una hora y ya está, es lo mismo. Si es así, entonces apaga y vámonos.

Claro que hay gente que está hecha de otra madera -y tengo el gusto de conocer muchos de esos casos- que deja el tiempo libre, deja de lado el que dirán, y se entrega absolutamente en ayudar al resto. Esa gente es, definitivamente, de otra madera.

No se si se podrá entender lo que quise decir, pero la verdad que me da flojera releer y corregir...je.

1 comentario:

Dragón del 96 dijo...

Dicen que cuando haces las cosas bien, nadie se da cuenta que lo haces.

Y bueno, hay todo tipo de personas que mantienen su conciencia tranquila ayudando a los demas, podemos nosotros verlo como algo incoherente, pero las personas que reciben su ayuda, solo están agradecidas. No digo que este bien, pero creo que el objetivo está cumplido.

Slaudos.