miércoles, 22 de octubre de 2008

Cambio de chamba y posteos venideros

Quería comentarlo en el post de hace un ratito, pero ya se me iba por otro rumbo. A fin de mes me cambio de chamba. Estoy bien contento porque es, supuestamente, lo que quiero hacer en el futuro: investigar. No investigación de campo, ni detectivesca, sino investigación económica.
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Ahora, sin embargo, me enfrentaré con el cuco que significa saber si esto realmente es lo mío, y seguir con mis planes. O hacer un cambio de planes y replantear mi futuro profesional y académico. Esperemos que, en cualquier caso, todo sea para mejor.
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Es increíble ver, como me decía alguien una o varias veces, ver como el universo actúa para que todo pase en favor de uno. Y es cierto. Viendo todo con perspectiva, después de que pase el tiempo, uno se da cuenta de que las cosas encajan perfectamente, como un rompecabezas, para que lo bueno que te pasa ahora haya podido pasar. Y lo malo que te pasa no es realmente malo (llamémosle experiencia). Todo depende del cristal con que se miren las cosas.
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Y nada, ahora voy a terminar de contarles -en los siguientes posts- sobre las correrías de un viaje que tuve en el verano, que quedaron inconclusas (inconcluso quedó el contarlas, e inconclusas quedaron las correrías también... ahora quiero regresar a terminarlas). Y quizás postee algunas fotos de un viaje de chamba de hace poco, se me ocurre.
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Nos vemos,
jc
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Chain of fools

Aunque es la 1:20am, escribo para no quedarme con las tentación de quedarme con las ganas de volver a postear y no hacerlo y posponerlo (rara tentación, pero tentación al fin y al cabo).
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Estas últimas semanas han sido de cambios, decisiones, incertidumbres, y eso llevó a repensar varias cosas en mi vida. Cosas simples, en algunos casos; en otros, el pensar en para qué, por qué. Entre esas muchas preguntas, que no cabrían ni en CASI infinitos posts (en infinitos sí cabrían, obviamente), me quedó dando vueltas, nuevamente, la naturaleza tan doble cara que tenemos. No me refiero a decirle algo a alguien para ir corriendo a donde otra persona a decirle otra cosa. No. Me refiero a la necesidad que tenemos de aparentar lo que no somos, de quedar bien con la gente, de ser graciosos, de ser simpáticos. ¿Por qué? ¿Y dónde queda la cara auténtica, el ser que realmente somos? (digo ser para evitar decir persona, que significa máscara en griego. Paradójico, ¿no?) . Creo que es por la necesidad de amor/aceptación que tenemos la mayor parte de gente.
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Pero, incluso, el asunto me parece más grave. Según mi humilde y muy particular experiencia, la gente suele mostrar más su lado "no verdadero", su lado graciosón, tierno, buena gente, pendejo, criollón, intelectual, bohemio, pastrulo o lo que fuere. Según el caso de cada persona (sí, en este caso sí).
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Me ha pasado que uno no puede realmente conversar con la mayoría de la gente. Casi siempre la gente tiene que hacer algo simpático, alguna broma, alguna cosa que llame la atención...¿Realmente la gente conversa, se dicen los unos a los otros lo que piensan, lo que sienten? ? ¿Qué le pasa a la gente, qué nos pasa, por qué no lo hacemos? Sobre todo, cuando hay grupos, esto es más fuerte. A veces, conversando a solas con alguien, el comportamiento es distinto a cuando esa persona está en grupo. En una conversación uno a uno, se puede entrever, en algunos casos, algo de la verdadera personalidad que hay atrás (claro, acá también entra el debate de si la personalidad es quien define a un ser humano, el ego, o qué define a una persona).
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Aunque en esta especie de búsqueda, hay el peligro de que uno evite estos grupetes borreguiles, para convertirse en un seudo paria de grupos graciosones (??).
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Este post está resultando bastante enrevesado. Quería decir también que, en mi caso, si bien tengo grupos de amigos que no son borreguiles en este sentido, a veces la búsqueda de poder entablar esta comunicación sin máscaras, de cosas esenciales para uno (más allá de las llantas que le pones a tu carro o del motor de éste, claro), lo lleva a uno a reducir el círculo. Y pasada cierta edad, ver al círculo es más difícil, porque cada uno tiene sus cosas.
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Resumiendo y para no hacerla larga: el hastío de tener que aguantar la gente que cae bien o que quiere caer bien (felizmente, en mi caso, no tengo que lidiar mucho con eso, como se habrán dado cuenta me repele un poco); sumado a querer buscar cosas, razones, sentidos comunes un poco más profundos de los que nos dice el mundo; y sumado a lo complicado de las rutinas de mis amigos (felizmente, no pocos amigos); todo eso, me hace sentir a veces que, a mi pesar, se están yendo mis veintes y llegan los treintas. Felizmente tengo muy buenos amigos con los que, quizás no tan a menudo como quisiera, poder conversar, estar, simplemente ser. O ser gracioso sin sentirse obligado.
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Este post creo que ha sido raro, posiblemente (seguramente) no entendible, no claro, pero justo en la línea de lo que vengo diciendo: Y QUE!! Je. Hablando en serio, ahora quiero escribir más para mi que para que alguien me lea. Tener una bitácora de vida, pensamientos y sentimientos que se puedan compartir con gente interesante que (¿me leerán?) me lea.
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Bueno, he vuelto. Si quieren comentar, no lo hagan por compromiso. Si realmente quieren decir algo, si les ha interesado, o si les pareció una porquería lo que escribí, bacán. O si quieren simplemente saludar, bacán tambien. Pero si no les ha movido nada este post, en serio, no se molesten... Como les decía, seguramente habré parecido en algunos párrafos raro, loco, radical o hasta posero, pero estoy escribiendo en borrador, tipeando en bruto, algo así como Godard filmando sus películas casi en vivo, pero en post (qué pretencioso para compararme con Godard por Dios!!!!!).
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Nos vemos.
jc

miércoles, 9 de julio de 2008

Volvere...

!Prometo volver a postear, lo juro!
Lo que hace la flojera carajo... quedaron pendientes las crónicas gauchas-charrúas y varias cosas más.
Hasta...pronto, esperemos.
jc

lunes, 21 de abril de 2008

Requiem para el verano que se nos fue

NO! Se fue el verano. Ya se fue, completamente. Hasta dentro de 9 largos meses. Ahora solamente quedan rezagos mezquinos de sol de 9 a 3. Y luego, frío. Frío. ¿No se sienten mal de estar cubiertos de harta ropa, de dormir con frazadas y peso encima del cuerpo?
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Es feo levantarse y ver el cielo gris, acostarse y sentir la humedad, no ver el sol, salir de la chamba a las 6 y ver todo ya casi oscuro. Levantarse con frío, bañarse con frío, sentir la humedad. Humedad... que feo.
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No poder ir a la playa, no poder estar sin zapatos sin cagarse de frío, no poder salir en la noche en short y polo. No poder estar con una chela helada conversando a las 4 de la tarde en la playa. Verano, vuelve peeee...
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Y para hacerle una merecidísima despedida, aquí va "Mucho mejor", de un rey Midas de la música, como dijera hace poco un amigo.
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boomp3.com

viernes, 18 de abril de 2008

Una persona, un millón de personas

Me gusta ver a la gente y tratar de descifrar que es lo que hay realmente atrás de las risas, de las sonrisas, de las palabras, de las respuestas automáticas. Cuando uno mira un rato a alguien, hay veces en que, por un instante, se logra vislumbrar -por alguna pequeñísima grieta, por rajaduras hechas por el tiempo o por un descuido- algo de la luz de la persona en sí misma. Es decir, ¿cómo actuaríamos si no hubiese nadie alrededor? ¿Por qué, para qué, para quién aparentar algo que queremos ser pero no somos?
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Aunque las personas, tal cual se muestran al mundo, no dejan de ser dignas de ser miradas tanto como si estuvieras mirando un cuadro de Van Gogh, o mucho más aún. Ver a la gente y suponer (tratar de entender) que cada uno es un universo particular. Uno sale a la calle, camina y no se detiene a pensar en lo increíble que significa que cada uno es un mundo en sí mismo, y lo sencillo que es poder conectar 2, 3 o más de esos mundos en algún momento.
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Hace poco leí esto, de Hermann Hesse, que me dejó pensando sobre todo esto:
"[...] Cada hombre no es solamente él; también es el punto único y especial, en todo caso importante y curioso, donde, una vez y nunca más, se cruzan los fenómenos del mundo de una manera singular. Por eso la historia de cada hombre, mientras viva y cumpla la voluntad de la naturaleza, es admirable y digna de toda atención."

martes, 8 de abril de 2008

Viaje de Febrero 2008 - Parte I

Hace tiempo que quería hacer varios posts –o por lo menos uno- para hacer una especie de reseña-diario-recordatorio del viaje que hice hace poco a Argentina y Uruguay. También me pregunté, por un par de segundos, que qué le iba a importar a le gente mi viaje. Pero casi instantáneamente yo mismo (cual Humala cuando habla de sí mismo en tercera persona) me respondí: “y que me importa, total es MI blog para MI satisfacción”. Bueno, esa respuesta contuvo varios de los pocos o muchos rezagos de egoísmo natural y absolutamente rico que tengo, y tenemos la mayoría de personas. Y traduciendo esa autorespuesta, lo que creo que pensé es que el fin de mi blog fue soltar la mano, escribir, hacer catarsis, y en este caso, tener algo escrito para releerlo cuando me provocara.
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La cosa es que viaje, hace casi 2 meses, por Argentina y Uruguay. Bueno, por Argentina es mucho decir, porque sólo estuve en Buenos Aires, y a lo mucho llegué hasta el Tigre (una ciudad en la misma provincia de Bs As). Donde si se puede viajar que me las di de viajero fue en Uruguay, porque me fui nada más que con una mochila al hombro desde Colonia (que es la ciudad que está frente a Bs As, cruzando el Río de la Plata) hasta casi la frontera con Brasil. Pero eso ya lo contaré en oootro post.
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Esta idea de viajar solo no nació de la nada, de hecho me provocó poder hacer lo que me viniera realmente en gana. Es decir, poder caminar todo lo que quiera hasta que me cansara, comer cuando tuviera hambre, dormir cuando tuviera sueño, y hacer literalmente lo que me provocara. Y Bs As (o Baires, pero cuando me escucho diciendo Baires me suena a “no soy yo”) es una buena ciudad para eso.
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El año pasado tuve un viaje de chamba al que fui solo, y fue bastante bueno. Un toque aburrido, pero bueno como experiencia. Además, vale decir que afortunadamente no me es incómodo pasar tiempo conmigo mismo. Claro, me encanta hacer cosas con mis amigos/as, pero también me encanta tener tiempo sólo para mí. Y este viaje iba a permitir eso, y también olvidarme de rutinas, reglas, horarios, obligaciones. Eso, aparte de conocer gente y cosas (que a la larga fue mucha gente y muchas cosas).
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Tras una media estafa del taxista –de los cuales ya venía adevertido de Lima- que me llevó de Ezeiza a Palermo, en la madrugada entré al hostel, llené el libro que hay que llenar (je) y vi que… el anterior pasajero antes de mi se habia alojado unos 10 días antes. ¿Qué tiene de malo eso? Que la idea de ir a un hostel era, aparte de ahorrar un poco de plata, conocer gente, otros turistas con los que poder salir por ahí cuando me provocara estar con gente. Y si la última persona había llegado unos 10 días antes, entonces se frustraban un poco mis planes. Así que un poco desanimado (y la verdad también porque me esperaba algo más bonito), me fui a jatear.
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Felizmente, a la mañana siguiente pude ver que había bastante gente más que ese único chileno anotado (parece que tenían varios libros de huéspedes). Pero la gran mayoría eran estudiantes, gente de la misma Argentina o extranjeros que habían ido a estudiar (la mayoría cosas relacionadas al diseño), así que tampoco iba a ser fácil conseguir compañeros para recorrer la ciudad. Casi todos estaban en temas de la universidad, viendo matrículas, buscando departamentos, o revisando currícula. Finalmente, pese a que me hice pata de algunos de ahí, termine saliendo la mayor parte de las veces sólo.
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Vista de la calle Borges, a un par de cuadras de donde vivió Borges de chibolo. El hostel quedaba a una cuadra de ahí.

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Resumiendo un poco, el primer día por la mañana conocí Palermo -Palermo Soho que le dicen-, y me gustó bastante. Me pareció curioso, como me hizo notar uno de los argentinos del hostel con el que salí a recorrer un poco la ciudad, que varias personas, sobre todo mujeres (¿por qué será, no?) relativamente mayores iban a los cafés con mesas en las veredas a tomar sol... Sí, van con más o menos poca ropa, se piden un cafe y se solean allí. Graciosa costumbre.
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Para no aburrirme y aburrirlos con tanto detalle, es genial pensar en como se puede caminar tanto y tanto en una ciudad como Bs As, y siempre encuentras sitios interesantes. Definitivamente, como decía una amiga, es una ciudad que invita a caminar (lo único malo es que en esta época del año caminar también invita al sudor, pero ese es otro cantar). Sales y puedes ver simplemente calles bonitas, bien diseñadas, avenidas anchas, o cruzarte con una librería como El Ateneo, que está en lo que era el antiguo teatro Gran Splendid (es una librería inmensa, hay de todo), o ir a sentarte a un café simplemente y observar a la gente mientras pasa.
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Al día siguiente tenía pensado tomar el buquebús (un ferry) que va a Uruguay. Una amiga que estuvo por allá y Uruguay un buen tiempo, me aconsejó ir en Uruguay, aparte de Montevideo, a Punta del Diablo y a Cabo Polonio. Y Petisita me aconsejó ir a La Paloma. Lo malo es que no recordaba bien a donde tenía que ir primero, o a que ciudad llegaba, o nada. Un ligero despiste.
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El buquebús

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Bueno, me levanté tarde - esa noche hubo una pequeña juerga con la gente del hostel-, hice una mochila con lo necesario para 3 días y salí rumbo a Puerto Madero, donde está el Terminal. Ya había perdido el buquebús de la mañana por levantarme tarde, y ahora perdí el de la tarde (ya estaba lleno), por lo que tuve que hacer tiempo hasta las 7:45pm para abordar, diablos. Aprovechando el tiempo libre, me fui a recorrer Puerto Madero. Puerto Madero es un barrio remodelado (hasta hace relativamente poco era una desgracia, feo, viejo y medio peligrosón), donde funcionaba antiguamente el puerto de Bs As, y que ahora tiene oficinas, tiendas, restaurantes y discotecas de lo más fichos. Aparte de, entre otras cosas, tener un puente de Santiago Calatrava –el arquitecto catalán de los puentes de Barcelona- que de por sí ya es motivo como para recorrer el puerto. Todo muy bonito, aparte de que el clima estuvo genial (como lo estuvo todo el viaje, excepto el último día, en que empezó el diluvio).
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Vista del malecón de Puerto Madero

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El Puente de la Mujer, de Santiago Calatrava

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Antes de tomar el ferry, me fui a un restobar, delante del río, a tomar un par de Quilmes (que maravilla de chela, cae bien en absolutamente cualquier momento) para saciar algo de la sed acumulada durante la tarde. Un sitio bastante bonito, la verdad, como para ir ahí recurrentemente a conversar, leer, estudiar, mirar, o lo que se quiera hacer.
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Ese creo que es el restobar del que hablaba
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Ya se me acalambró un poco la mano, así que lo que pasó en el accidentado recorrido por Uruguay será motivo del próximo post.

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Esta foto me gusta.

miércoles, 2 de abril de 2008

Cuando aprieta el zapato (Cortázar es un genio)

Hace tiempo que quería postear, y supuestamente iba a ser sobre un viaje que hice. Eso será para el próximo post.
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Ahora, después de almorzar, leyendo un libro recomendable para entender a este humilde servidor (léase, Historias de Cronopios y de Famas), reencotré el texto que pongo más abajo. A grandes rasgos, trata sobre la rutina, y entre otras cosas, dice que -que lúcido- estas crisis, cuestionamientos, dudas, que a ratos nos vienen son una buena señal de que estamos vivos.
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Qué tal, López
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Un señor encuentra a un amigo y lo saluda, dándole la mano e inclinando un poco la cabeza.
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Así es como cree que lo saluda, pero el saludo ya está inventado y este buen señor no hace más que calzar en el saludo.
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Llueve. Un señor se refugia bajo una arcada. Casi nunca estos señores saben que acaban de resbalar por un tobogán prefabricado desde la primera lluvia y la primera arcada. Un húmedo tobogán de hojas marchitas.
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Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo. Consuélese tu vanidad: la mano de Antonio buscó lo que busca tu mano, y ni aquélla ni la tuya buscaban nada que ya no hubiera sido encontrado desde la eternidad. Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas.
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Lo verdaderamente nuevo da miedo o maravilla. Estas dos sensaciones igualmente cerca del estómago acompañan siempre la presencia de Prometeo; el resto es la comodidad, lo que siempre sale más o menos bien; los verbos activos contienen el repertorio completo.
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Hamlet no duda: busca la solución auténtica y no las puertas de la casa o los caminos ya hechos -por más atajos y encrucijadas que propongan. Quiere la tangente que triza el misterio, la quinta hoja del trébol. Entre sí y no, qué infinita rosa de los vientos. Los príncipes de Dinamarca, esos halcones que eligen morirse de hambre antes de comer carne muerta.
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Cuando los zapatos aprietan, buena señal. Algo cambia ahí, algo que nos muestra, que sordamente nos pone, nos plantea. Por eso los monstruos son tan populares y los diarios se extasían con los terneros bicéfalos. ¡Qué oportunidades, qué esbozo de un gran salto hacia lo otro!
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Ahí viene López.
-¿Qué tal, López?
-¿Qué tal, che?
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Y así es como creen que se saludan.

miércoles, 30 de enero de 2008

Feelin' Groovy

Cosas que me ponen de buen humor:
- Caminar en la madrugada de algún día de enero por una calle de por aquí mientras escucho Late In The Evening, de Paul Simon. También sirve para este propósito, por ejemplo, Me and Julio Down By The Schoolyard, del mismo individuo.
- Tomar yogurt de mango.
- Tener noticias de Belú.
- Comer mango hasta ensuciarme el cuello.
- Ver un parque grandote, sobre todo si hay luna llena.
- Conversar con Marcela y exorcizar demonios.
- Ver mi cuarto con la ventana abierta, desde la calle, y pensar: "quién diantres vivirá ahí..."
- Escuchar tonterías varias de Taraduper. También cuentan no tonterías.
- Despertarme a las 6 de la mañana con el sol en la oreja.
- Comer nutella y mantequilla de maní. Sí es con los dedos, vale doble. Si incluye toda la mano, vale triple. Si es hasta con brazo...mmm, no sé.
- Regalar cosas (qué cosas? regalos pues).
- Escuchar un nocturno en especial de Chopin (el mi bemol mayor). Es bien triste, pero es tan perfecto que me pone feliz.
- Dormitar en la arena de playa norte, Punta Hermosa, mientras leo un libro y se pone el sol, en especial si es una tarde de diciembre.

domingo, 27 de enero de 2008

Teatro y café

Este fin de semana tuve una crisis de los 30 ligeramente adelantada. Claro, esto no tiene nada de raro en mi despistada cronología, tomando en cuenta que, psicológicamente, para mi creo que la adolescencia duró 3 días, y físicamente creo que acabó hace 3 meses.
Hoy fui al teatro con una vieja y gran amiga (que no es lo mismo que una amiga grande y vieja). Vimos La Fiesta del Chivo, la homónima de la novela, claro. Muy buena adaptación. Entre lo que pude escuchar de los comentarios de la gente, muchos decían que era una gran virtud la similitud entre el libro y la obra. Personalmente, no creo que eso sea virtud. En todo caso, lo que importa es que está muy bien hecha.
El teatro es catártico. Si no me creen, pregúntenle a Sófocles y sus patas, esos que les dicen griegos. Ver un montón de emociones entremezcladas y expuestas encima de un escenario es casi obsceno. Sentir que hay gente desnudando las emociones delante de uno es muy fuerte. Y es de agradecer, porque uno reconoce algunas de esas emociones, solo que vividas en momentos, por lo general, mucho menos sobrecogedores que los que vemos en la interpretación. En el caso de esta obra, buenísimas las actuaciones de Norma Martínez como Urania -el personaje es grande en sí mismo, grande MVLL- y Alberto Ísola en su papel triple de papá de Urania y patero de Trujillo (viejo y joven), y de Trujillo mismo. La rabia de Urania, el rencor contenido por años, la angustia de Cabral, también muy contenida cuando se le ve ya de viejo, están muy bien interpretadas.
Bueno, y que tiene que ver el teatro con la crisis de la que hablaba? En que estas emociones interpretadas por otros le ahorran a uno el proceso doloroso de tener que sacar algunas cosas al aire. Claro, uno siente las emoción pero no en uno mismo, sino que la ve pintada en el lienzo que pone el actor en la escena. Tanto así que a veces me parece que los actores son como terapeutas de uno, que están cobrando por hacernos ese trance doloroso de sentir cosas no tan bonitas. Terminando la obra, hasta me dieron ganas de subirme al escenario y chaparme a Norma Martínez en clara señal de agradecimiento (y en señal de otras cosas...ejem).
Eso acompañado de una buena conversa y un no tan buen café -el Zeta no es mi preferido- , pero que cumple con acompañar la conversa, sirven para esquivar cualquier crisis inoportuna. Supongo que eso no hace sino reforzar la idea de que la felicidad casi siempre está hecha de momentos. Aunque no debería (esta idea la dejo para otro post, que se me acalambra el lóbulo frontal).

Hastío

Este fin de semana, y sobre todo hoy, he estado con un humor de mierda. Hace ya un buen tiempo que nada de lo que haga realmente me satisface. Satisfacer, divertir, llenar, llámese como quiera.

No me río con las mismas ganas que antes, ni con la misma frecuencia. No tengo realmente ganas para hacer las cosas, ni para salir los fines de semana. Ayer, por ejemplo, me dio exactamente lo mismo salir que quedarme tipeando unas cosas. Al final me quedé. Hoy que voy a ir al teatro en un rato, no me hace ninguna ilusión ver una obra que, aparte, esta recontra recomendada. Pero igual voy, prefiero eso a quedarme acá y seguir haciendo más de lo mismo.

Cine? no me provoca. Salir a conversar? bueno, con mis mejores amigos, y la mayoría esta emparejado/a, y la vocación de violinista ya se desgastó. Algunos otros buenos amigos viven fuera, por chamba o por maestrías, doctorados, etc, y algunos simplemente no pueden. Y en vez de leer, o hacer algo distinto a lo de siempre, termino siempre en el mismo hueveo de navegar y perder el tiempo en la web.

Será de repente el haber pasado de una situación de presión y estres continuo a uno de menor estrés: ahora solamente tengo el estrés de la chamba, que está controlado. Y tengo bastante tiempo libre, por las noches, claro, y los fines de semana. Quizás antes el no saber que hacer con el tiempo libre estaba encubierto por las mil cosas que tenía que hacer, quizás era un mecanismo de defensa para no enfrentarme al hastío de saber que no me siento bien conmigo mismo.

Tampoco es no saber que hacer con mi tiempo libre: tengo mil cosas que, en teoría, me gustan, pero que a la hora de la hora, simplemente las deshecho por otras mucho más fútiles. Tampoco es que no me sienta bien conmigo mismo: me gusto como soy, me gusta la situación en la que estoy, a donde he llegado, me siento orgulloso de mi.

Hará falta algo de introspección, y algo de ejercicio también para botar al tánatos por la borda.a

viernes, 18 de enero de 2008

Momento

Tarde en la noche, como a la 1am. Escuchando Madrid, en la buenísima versión de Pereza con Christina Rosenvinge.
Bajando por donde los garitos, dejándome caer
Mientras tanto, estudio un aburridísimo e interesantísimo (a la vez,claro) capítulo para el examen que tengo mañana, y me falta bastante por estudiar.
Tocando en tu telefonillo, me dices que te queda para un rato
Que bien se siente la noche.
Bebiendo y charlando, riendo y bailando, bailando y bailando va pasando el tiempo
Me enamora la Sra. Rosenvinge cuando canta lánguidamente "mi piel necesita tu piel"
No hay nada como las noches de verano, no hay nada como las ganas que te tengo
y mientras tomo un vaso de Coca Cola, bien helada. No hay nada como las noches de verano,
.....No hay nada como las noches de verano
realmente. El aire que corre, el calor, poder estar con las ventanas abiertas, poder salir al balcón a fumar un cigarrito a las 3am,
.....No hay nada como las noches de verano
escuchar buena música y estar con slaps, short, polo
No hay nada como las ganas que te tengo
y nada más.

sábado, 5 de enero de 2008

Post-navideño huevero

Y acá comentar como me fue a mi en la Navidad. El 24 estuvimos, para variar, donde la abuela, con primos, tíos, con la familia. Como la mayoría, supongo. Y el 25, con la otra parte de la familia, almorzando, timbeando y jugando Wii. Ese día se juntaron los dos Wii de la familia para hacer una batalla encarnizada de un juego que no tengo idea de como se llamará, pero es lo máximo.

En cuanto a regalos, bueno, tuve el intercambio de regalos de la chamba (me regalaron un USB, que la verdad no sé que hacer con el, porque ya tengo uno), y yo pregunté antes de ver que iba a regalar. Por ese lado, todos contentos. En mi familia también hicimos un intercambio de regalos, por sorteo una persona le regala a otra de la familia. Como la mayoría trabajamos (excepto mi sobrino), en vez de recibir un montón de regalos más o menos, se recibe un buen regalo. Bueno, yo le regalé a mi cuñada un collar, cortesía de la feria del Trigal (cortesía es un decir, claro está), y a mi me regaló un primo, y me dio un libro bien bacán: los relatos esenciales de Herman Hesse. Habrá que darle curso pronto.

En mi familia nuclear, ahí si hay regalos entre todos. Y con mi mamá, para evitar regalos que no gusten, decidimos que yo elijo mi regalo y ella el suyo. Así que elegí un disco buenazo, el "Jazz" de Queen. Y siguiendo con los discos, me regalé a mi mismo otro par de discos: el 1 de Beatles, que tiene todos los No 1 en los charts de EEUU y Gran Bretaña, creo; y otro de Elis Regina y Tom Jobim, grabado hace como 30 años. Mi hermano, con el que comparto hartos gustos en términos de libros, sobre todo, me regaló un libro que compila varios relatos de escritores relatvamente jóvenes, editado por la muy interesante editorial "Revuelta" (publican cosas que normalmente no publican las editoriales grandes).

Bueno, ya basta de regalos, no? Solo una cosa: el otro día, conversando con un amigo, me di cuenta de que hay una relación inversa entre la cantidad de regalos que recibes y los años que tienes. Claro, cuando era chibolo, por ejemplo, recibía de mis papás varios regalos, de cada abuelo, igual, de tíos, tíos de cariño, en fin, de todo el mundo. Y todos felices. Después, ya por los 12 o 13, te empiezan a regalar cosas que no te interesan, y los regalos van en bajada. Uno que otro tío, mis papás y mi abuela (es que, aunque suene feo, los abuelos también se van quedando en el camino), y por ahí uno o dos primos yuppies que le regalan algo a los primos menores. Luego, ni la abuela...ya para qué.

Pero felizmente hay otra relación inversa: la que hay entre la edad y el interés que tiene uno por recibir los regalos. De chiquito, Navidad=regalos. No hay más. Después te vas olvidando, hasta el punto de que, a cierta edad, ya no interesa si te regalan algo o no. Claro, el gesto es bonito, pero más interesa el gesto que el regalo en sí.

Lo único malo es que hay una etapa de desfase: todavía tienes la ansiedad por que te regalen cosas, por ver que hay, por ver si alguien te regala plata o no; mientras que, dramáticamente, la producción regalífera va en franca e irrefrenable caída. Ahi si, caballero nomás, apechuguemos con lo que tocó.

Bueno...ya llegaré con el post año nuevero.

Post-navideño reflexivo

Si, bien post, ya se. Pero estos días, como siempre, están llenos de reunas, compras, preparativos, nuevas reunas. Así que haré, no se si una crónica, pero un recuento de lo que fue esta Navidad.

Para empezar, ahora más que nunca la gente creo que se pasó con las luces en sus casas. Digo yo, no es preferible no hacer gastos inútiles en comprar todos esos focos, gastar en luz, gastar la dignidad, gastar el buen gusto...para poner todas esas porquerías? Está bien, hay casos en los que se ve bien, pero la verdad es que en la mayoría de casos, la exageración y el mal gusto es lo que predomina.

Bueno, dejando de lado el tema de las luces, quería comentar otra cosa. Hace unos días leí un artículo de Giacosa, en el que decía que era bien incoherente ayudar durante los días de Navidad y olvidarse de los problemas, de la gente y del mundo fuera de la burbuja de uno el resto del año. O sea, la idea que planteaba es que, esa gente que se va haciendo chocolatadas por los pueblos jóvenes, las hace para lavarse la conciencia, quedar bien consigo mismo y con la familia, qué se yo; y así sentirse bien por el resto del año. Hasta la Navidad que viene.

Ok, creo que tiene razón en muchas cosas. Pero es preferible que esta gente no haga nada, ni siquiera durante Navidad, para que la conciencia les escueza durante el año, para que les moleste y en alguna manera puedan pensar en el resto? Yo creo que hagan o dejen de hacer cosas en Navidad, creo que si alguien no tiene escrúpulos para hacer algo, va a seguir sin tenerlos, a pesar de que se sienta menos mal porque ya "ayudó" en Navidad. Es decir, el efecto que pueda tener la ayuda, para que uno se sienta "bien" consigo mismo, no creo que pase de unos días, no? Y sopbre todo, hacer esto ayuda a ver diferentes realidades, sensibilizarse con el otro, conocer a otras personas (otras en todo el sentido de la palabra), ver nuevas realidades, nuevas calles, nuevas caras.

Aún en el caso de la gente que ayuda, y que está acostumbrada a hacerlo durante el año, veo cierta falta de conexión con la gente (obviamente que en algunos casos). Me refiero a que esta ayuda -hablando de gente comprometida, que tiene algún proyecto durante el año, no solo en Navidad- a veces no llega a sensibilizar del todo como uno creería. A veces esta ayuda se vuelve rutinaria, se pierde la empatía inicial con el otro. Por ejemplo, pongo un caso que vi hace poco tiempo: un grupo de amigos se fue a repartir regalos a un pueblo joven en Villa María del Triunfo, y pese a que tienen tiempo metidos en proyectos sociales, algunos ni siquiera pudieron sacarse los lentes oscuros -de marca, of course-, !cuando no había sol! para hablar con la gente de igual a igual. Es decir, como puedes decirle a alguien que lo estas ayudando cuando no le muestras alguna señal de respeto. Lo digo porque, para mí, una señal de respeto es mirar a la gente a los ojos cuando le hablas. Si no fuera así, mejor pongan a una máquina expendedora de regalos gratis durante una hora y ya está, es lo mismo. Si es así, entonces apaga y vámonos.

Claro que hay gente que está hecha de otra madera -y tengo el gusto de conocer muchos de esos casos- que deja el tiempo libre, deja de lado el que dirán, y se entrega absolutamente en ayudar al resto. Esa gente es, definitivamente, de otra madera.

No se si se podrá entender lo que quise decir, pero la verdad que me da flojera releer y corregir...je.